Perseverando en el camino

Necesitamos conocer los caminos de Dios ya que aquellos que conocen sus caminos no se apartan en el tiempo, porque saben cuál es el norte que deben seguir.

Los hebreos conocían las obras del Señor, crecieron con ellas viendo los milagros y las maravillas, pero no conocían el camino y eso hizo que se apartaran constantemente. Es por ello que debemos pedir al Señor al igual que lo hizo David, que nos enseñe su camino, el camino de su voluntad y que nos ayude a caminar en Él.

Salmos 86:11 Enséñame, oh YHVH, tu camino; caminaré en tu verdad; Afirma mi corazón, para que tema tu Nombre.

Él quiere que tengamos las cosas claras y que andemos en sus caminos y estatutos, es decir que conozcamos su voluntad para nuestras vidas, no sólo como personas individuales sino también como un cuerpo. No somos llamados como personas individuales al reino de Dios, aún Pablo que era un apóstol con grandes dones y talentos necesitó del cuerpo para desarrollarse.

Nosotros debemos tener claro que el Señor no tiene propósitos con “personas autónomas”, sino con personas que dependen de Él y que están unidas a su cuerpo.

Recordemos que cuando el Señor se identificaba lo hacía como el Dios de Abraham, Isaac y de Jacob, recordando el pacto con Israel, por lo tanto no es tan sólo recibir el manto sino también alinearnos con el llamado de nuestra casa.

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