Dios de Tiempos: el Invierno
Salmos 31 9 Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy en angustia; Se han consumido de tristeza mis ojos, mi alma también y mi cuerpo. 10 Porque mi vida se va gastando de dolor, y mis años de suspirar; Se agotan mis fuerzas a causa de mi iniquidad, y mis huesos se han consumido. 11 De todos mis enemigos soy objeto de oprobio, Y de mis vecinos mucho más, y el horror de mis conocidos; Los que me ven fuera huyen de mí. 12 He sido olvidado de su corazón como un muerto; He venido a ser como un vaso quebrado. 13 Porque oigo la calumnia de muchos; El miedo me asalta por todas partes, mientras consultan juntos contra mí e idean quitarme la vida. 14 Mas yo en ti confío, oh Jehová; Digo: Tú eres mi Dios. 15 En tu mano están mis tiempos; Líbrame de la mano de mis enemigos y de mis perseguidores. 16 Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo; Sálvame por tu misericordia. 17 No sea yo avergonzado, oh Jehová, ya que te he invocado; Sean avergonzados los impíos, estén mudos en el Seol. 18 Enmudezcan los labios mentirosos, Que hablan contra el justo cosas duras con soberbia y menosprecio.
El invierno es un tiempo de angustia, David nos habla de que él se está consumiendo, porque en el invierno todo se seca, ya no hay más fruto, la naturaleza pierde su fuerza. Dice David que ha venido a ser como un vaso quebrado, porque en el invierno el vaso no se usa más, ya que el vaso era usado para regar las plantas. El vaso está quebrado porque ha sido usado, se quebró. Dice que el miedo nos está esperando escondido por todos lados y nos asalta cuando nos ve, nos asalta como un ladrón de noche, nos asalta para sorprendernos.
Entonces en el invierno cuando el miedo me asalta por todos lados, cuando estoy como un vaso quebrado, un vaso que ya no tiene más agua para regar, cuando mi vida se va gastando de dolor, cuando estoy consumido y no puedo producir fruto, en el invierno sale un clamor de mi alma que dice “mas yo en ti confío o Señor, tu eres mi dios y en tu mano están mis temporadas, en tu mano está mi temporada de invierno”.
En la temporada de invierno el anhelo de la gente es que salga el sol, ver el sol, pero David pide en esta temporada a Dios “Señor, haz resplandecer tu rostro”. David en la temporada de invierno dice “Señor yo confío en ti, tú eres mi Dios, en tu mano está este tiempo, el invierno de mi vida está en tu mano poderosa y Señor lo único que te pido es que hagas resplandecer tu rostro sobre tu siervo”
El invierno es un tiempo de angustia, David nos habla de que él se está consumiendo, porque en el invierno todo se seca, ya no hay más fruto, la naturaleza pierde su fuerza. Dice David que ha venido a ser como un vaso quebrado, porque en el invierno el vaso no se usa más, ya que el vaso era usado para regar las plantas. El vaso está quebrado porque ha sido usado, se quebró. Dice que el miedo nos está esperando escondido por todos lados y nos asalta cuando nos ve, nos asalta como un ladrón de noche, nos asalta para sorprendernos.
Entonces en el invierno cuando el miedo me asalta por todos lados, cuando estoy como un vaso quebrado, un vaso que ya no tiene más agua para regar, cuando mi vida se va gastando de dolor, cuando estoy consumido y no puedo producir fruto, en el invierno sale un clamor de mi alma que dice “mas yo en ti confío o Señor, tu eres mi dios y en tu mano están mis temporadas, en tu mano está mi temporada de invierno”.
En la temporada de invierno el anhelo de la gente es que salga el sol, ver el sol, pero David pide en esta temporada a Dios “Señor, haz resplandecer tu rostro”. David en la temporada de invierno dice “Señor yo confío en ti, tú eres mi Dios, en tu mano está este tiempo, el invierno de mi vida está en tu mano poderosa y Señor lo único que te pido es que hagas resplandecer tu rostro sobre tu siervo”
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