Dios de tiempos
En el salmo 31 verso 15 dice David: “En tu mano están mis tiempos…” Esta palabra tiempo significa temporada, ocasiones, época. Lo que literalmente dice es “mis temporadas están en tus manos”. La palabra mano se refiere al poder de Dios. Por tanto David está declarando su confianza en el Señor diciendo “mis temporadas están bajo tu poder Señor”.
Este salmo 31 David lo dividió en 4 secciones, tal y como Dios dividió las temporadas para los tiempos de dar fruto en las estaciones, asimismo Dios estableció en nuestras vidas temporadas y éstas están en su poderosa mano.
En nuestras vidas puede haber otoño, invierno, primavera y verano. Todo lo que Dios creó que podemos tocar, palpar y ver, lo mostró para que nosotros entendamos el mundo espiritual. Todo lo que podemos entender del mundo espiritual es a través de lo que Dios nos muestra del mundo natural, porque tenemos una mente que comprende de esta forma.
Romanos 1 20 Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.
Cuando el salmista dice “los cielos cuentan la gloria de Dios”, lo que él no comprendía era que los cielos describen la gloria de Dios. Sabemos hoy que el universo está en continuo crecimiento, en expansión, entonces comprendemos que la creación que Dios hizo no es limitada. Es por esto que entendemos de esta continua expansión que su gloria es algo que se engrandece, que se expande, que crece siendo visible por la continua expansión de los cielos. La creación nos revela el corazón de Dios. Dios le reveló a Noé que habría cuatro temporadas.
Génesis 8 22 Mientras la tierra permanezca, no cesarán la sementera y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, y el día y la noche.
Esto es lo que ve David, que tal como se había establecido por Dios que habría cuatro temporadas, asimismo en nuestras vidas hay cuatro temporadas.
Salmos 31 1 En ti, oh Jehová, he confiado; no sea yo confundido jamás; Líbrame en tu justicia. 2 Inclina a mí tu oído, líbrame pronto; Sé tú mi roca fuerte, y fortaleza para salvarme.
David le dice “En ti, oh Jehová, he confiado; no sea yo confundido jamás”. Nosotros podemos ser confundidos por no entender las temporadas. La palabra confundido implica vergüenza, porque después de estar confundidos llegaremos a estar avergonzados. Como no entendemos las temporadas nos confundimos y caminamos en confusión, cometiendo errores y no entendemos como la mano poderosa de Dios nos guía por temporadas.
Este salmo 31 David lo dividió en 4 secciones, tal y como Dios dividió las temporadas para los tiempos de dar fruto en las estaciones, asimismo Dios estableció en nuestras vidas temporadas y éstas están en su poderosa mano.
En nuestras vidas puede haber otoño, invierno, primavera y verano. Todo lo que Dios creó que podemos tocar, palpar y ver, lo mostró para que nosotros entendamos el mundo espiritual. Todo lo que podemos entender del mundo espiritual es a través de lo que Dios nos muestra del mundo natural, porque tenemos una mente que comprende de esta forma.
Romanos 1 20 Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.
Cuando el salmista dice “los cielos cuentan la gloria de Dios”, lo que él no comprendía era que los cielos describen la gloria de Dios. Sabemos hoy que el universo está en continuo crecimiento, en expansión, entonces comprendemos que la creación que Dios hizo no es limitada. Es por esto que entendemos de esta continua expansión que su gloria es algo que se engrandece, que se expande, que crece siendo visible por la continua expansión de los cielos. La creación nos revela el corazón de Dios. Dios le reveló a Noé que habría cuatro temporadas.
Génesis 8 22 Mientras la tierra permanezca, no cesarán la sementera y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, y el día y la noche.
Esto es lo que ve David, que tal como se había establecido por Dios que habría cuatro temporadas, asimismo en nuestras vidas hay cuatro temporadas.
Salmos 31 1 En ti, oh Jehová, he confiado; no sea yo confundido jamás; Líbrame en tu justicia. 2 Inclina a mí tu oído, líbrame pronto; Sé tú mi roca fuerte, y fortaleza para salvarme.
David le dice “En ti, oh Jehová, he confiado; no sea yo confundido jamás”. Nosotros podemos ser confundidos por no entender las temporadas. La palabra confundido implica vergüenza, porque después de estar confundidos llegaremos a estar avergonzados. Como no entendemos las temporadas nos confundimos y caminamos en confusión, cometiendo errores y no entendemos como la mano poderosa de Dios nos guía por temporadas.
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