La sequedad espiritual
La sequedad espiritual es un momento que como creyentes a muchos nos ha tocado vivir. Seco es el antónimo de vida, fertilidad y prosperidad, es lo contrario de Efraín. Entendemos entonces que uno se seca cuando no da fruto. El diseño de Dios sobre nuestras vidas es que llevemos fruto, y en abundancia. Juan 15 8 En esto es glorificado mi Padre: en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos. Juan 15 16 No me elegisteis vosotros a mí, sino que Yo os elegí y os puse para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca, para que todo lo que pidáis al Padre en mi Nombre, os lo dé. Tal como la higuera a los secos el Padre los maldice por no dar fruto ni siquiera los mima o los regalonea en el sentido de tenerles compasión, Él se enoja como lo que le sucedió a Jesús con la higuera y como le sucedió al hombre que recibió un talento. Mateo 21 19 y viendo una higuera sola junto al camino, fue hacia ella, pero nada halló, sino sólo hojas. Le dice: Nunca ja